Yavnika Khanna, Delegada (2006-2013), South American Business Forum, India
Cualquier viajero curioso habrá notado pilas de piedras a lo largo de rutas montañosas y de la orilla del mar. El tamaño de estos cúmulos varía desde pequeños montones de piedras hasta grandes colinas. Distintas personas tienen interpretaciones diferentes de lo que éstos representan. Yo creo que pueden tener algún significado como puntos de referencia efectivos. Sirven como toscas guías de navegación. La mayoría se erigen altas, imperturbables a la turbulencia, representando el poder del trabajo de incontables personas a lo largo del tiempo. Son trabajos en proceso, puntos de referencia.
El South American Business Forum (SABF) puede ser equiparado a estos cúmulos de piedras. El evento, fue un hito en mi viaje personal y profesional. Participé en el Foro en el año 2005, cuando era una idea naciente. En ese tiempo, para una jóven estudiante de India, ésto significaba cruzar océanos para experimentar un nuevo continente, para conocer cuán lejos el comercio y el intercambio nos ha unido; para entender cuál es el significado de la palabra globalizado. Hoy, significa mucho más que eso para un estudiante de mi país, India, gracias al trabajo duro de los equipos organizadores y del equipo fundador.
Ver al Foro evolucionar como una torre de referencia por los últimos años ha sido una sentimiento agradable. Estoy asombrada de cómo cada equipo construye sobre la pasión de sus predecesores y cómo ejecutan la visión del Foro – construir puentes entre la comunidad de negocios de Sudamérica y el resto del mundo. En el proceso, yo también he ganado muchos amigos y colegas, que hicieron que este viaje valiera la pena. La comunidad del SABF se destaca; compartimos una camaradería cuando nos encontramos en otros foros globales, o en cualquier parte del mundo. Esos días significativos que pasamos en Buenos Aires son recordados con mucho cariño por cada uno de nosotros.
Es mi privilegio como delegada devolver a este cúmulo de piedras, y agregar un par de piedras más para hacerla más alta y fuerte. La mejor parte de ser delegada es la oportunidad de vivir cada día enriqueciéndome con las esperanzas y los sueños de otros potenciales aplicantes y participantes. A pesar de ya haberme graduado, aún me llena de emoción cada año que pasa.
