En el marco de una nueva sociedad denominada postindustrial, postcapitalista, postmoderna, sociedad en red, el uso intensivo del conocimiento se torna un factor primordial de producción, pero se debe reconocer que su dinámica no garantiza necesariamente mayores niveles de justicia social, equidad y cohesión. Por ese motivo, para una sociedad como la nuestra que busca ser democrática, esa es una cuestión a atender. Se asiste actualmente a un avance constante del desarrollo tecnológico, pero de manera desigual; su acceso difiere entre zonas geográficas, grupos sociales, económicos, etc. Las desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías ¿deben ser solucionadas por el sistema educativo nacional o por otros agentes de nuestra sociedad?** Algunos entienden que la escuela debe ser el medio privilegiado para que el acceso a las nuevas tecnologías pueda democratizarse; otros ven en la familia la solución.**
Ahora, se ha decidido en Argentina la entrega de tres millones de netbooks para escuelas secundarias, institutos de formación docente y de educación especial, pero,** ¿tenemos evidencia empírica internacional o nacional que muestre que la integración de tecnología en el aula, mejora la calidad del aprendizaje de los estudiantes?** Investigaciones internacionales sobre los efectos en la calidad de los aprendizajes al introducir las nuevas tecnologías en educación no encontraron evidencias sobre sus impactos positivos.
El campo educativo está preocupado por el cambio del modelo educativo tradicional del Siglo XIX pero ¿la enseñanza con computadoras no cambia por sí misma el modelo pedagógico de enseñanza y aprendizaje de los profesores? Ciertos investigadores, por ejemplo, plantean que no hay ninguna diferencia significativa entre las calificaciones de los que pasaron por el aula informática y los que siguieron en el aula tradicional. Desde mi punto de vista, en el Programa Nacional de entregas de netbooks “Conectar Igualdad” priman las razones comerciales sobre las pedagógicas en las decisiones de compra y distribución de equipamiento tecnológico en las escuelas. Considero que los resultados desalentadores se deben a que las políticas de equipamiento a las escuelas no han sido potenciadas con adecuadas capacitaciones y acompañamiento pedagógico.
Por otra parte, no incluir netbooks en la educación supondría agrandar las desigualdades sociales, dado que los sectores sociales más favorecidos acceden de todos modos al uso de ellas fuera de la escuela.** Las promesas democratizadoras de las TIC en educación están lejos de ser realidad.** El acceso a las nuevas tecnologías sigue estando íntimamente asociado al ingreso económico, al nivel educativo, al género y la etnia. Sin embargo, no se trata de negar la potencialidad democratizadora de las tecnologías sino de enfatizar que el ejercicio de esa potencialidad no depende de las tecnologías sino de los modelos sociales y pedagógicos en las cuales se utilice. Por ello,** la reducción de las desigualdades no nace de las TIC sino del marco de política educativa en la cual se insertan.** No adhiero aquí al paradigma del determinismo tecnológico.
La política TIC en educación necesita entender que las problemáticas del acceso a las TIC están vinculadas no sólo con las condiciones de acceso, es decir, las características de una situación que permiten o impiden participar en ella (computadoras, conectividad, etc.), sino a las propiedades personales que la gente necesita poseer a fin de obtener el acceso real porque de lo contrario vamos a tener otro nuevo problema que la política educativa deberá resolver: la desigualdad en la capacidad de uso de las tecnologías, dando como consecuencia la división entre usuarios y manipuladores. Adquirir computadoras no es sinónimo de una integración real de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza.
Por último, creen que para que las TIC se integren efectivamente en una política sistémica destinada a reducir las desigualdades: ¿será preciso que formen parte de un modelo pedagógico en el cual los componentes cruciales para romper el determinismo social de los resultados de aprendizaje, sean asumidos por los procesos que impulsan las tecnologías?