Guido Weber tiene 23 años y es rosarino. Estudia Administración de Empresas y trabaja como Business Developer en Oh!Studio. Este participante del SABF 2008 se autodefine como emprendedor. Dentro de esa faceta, se incluye su trabajo en JCI Rosario. JCI, la organización sin fines de lucro con 200.000 miembros jóvenes de entre 18 y 40 años en más de 100 países de todo el mundo, está enfocada al desarrollo de líderes y emprendedores locales para generar un impacto global. El 6 de noviembre, Guido recibió la noticia: JCI Rosario había ganado el premio a la Mejor Organización Local del Mundo en el Congreso Mundial JCI Osaka 2010. Sin embargo, otra sorpresa llegó a sus oídos: él había sido elegido como el Mejor Miembro del Mundo de JCI. Una vez enterado de la noticia, confiesa que no reaccionó sino hasta hablar con su papá. Fue entonces cuando la emoción lo superó, y lloró. Además, se tomó unos minutos para reflexionar sobre el premio y agradecer a sus amigos y compañeros desde su blog personal.
En esta ocasión, entrevistamos a Guido para que nos cuente un poco más sobre su experiencia como agente de cambio en SABF y JCI.
¿Cómo conociste JCI? ¿Qué te motivó a ser parte de la organización?
Estaba en mi camino. Una amiga de mi papá me comentó que su hija participaba, así que le pedí que se contactara conmigo porque me interesó. En 2006, asistí a la primera reunión junto con otras tres personas más, y a los quince minutos estaba convencido de que quería formar parte de JCI Rosario. En la charla informativa, dada por el Presidente y el Vicepresidente de la organización en ese momento, supe que JCI era lo que estaba buscando. La facultad no me alcanzaba. Por mi personalidad, necesitaba estar en movimiento, y las capacitaciones y conferencias fueron el motivo principal de mi interés. Tenía la necesidad de desarrollarme y aprender en el día a día. Pronto, conocí en profundidad la organización y tomé los valores y principios que ésta promueve.
¿Cuál es tu trabajo en JCI Rosario?
No existe un trabajo puntual por ser parte de la organización. Como miembro de JCI, asistimos a capacitaciones, conferencias, prácticas de debates y oratoria. Además, organizamos reuniones para planificar y gestionar programas institucionales. En mi caso, desde el primer día me involucré, al asumir un desafío importante: la dirección del Ciclo de Capacitación para Emprendedores 2006, que fue ideado ese mismo año por el equipo de trabajo y ha ganado premios desde entonces. Al año siguiente, participé del Consejo Directivo como Auxiliar de Recursos Humanos. En 2008, año en el que participé en el SABF, fui Director de Negocios. En 2009, me desarrollé como Director de Relaciones Públicas, y durante 2010 trabajo como Revisor de Cuentas. En todos mis trabajos, busqué promover JCI en mi entorno y en la sociedad. La clave está en comprometerse con la realidad del mundo actual y trabajar en conjunto para generar cambios positivos a través de la sinergia.
¿Cómo crees que impactó el SABF en tu vida?
Para mí significó muchísimo. Me sentí privilegiado de poder estar entre los 100 jóvenes elegidos como participantes, porque me mostró que fuera de JCI hay muchas personas y organizaciones que contribuyen al cambio positivo a nuestro alrededor. Casualmente, la temática del 2008 fue “Fortaleciendo Agentes de Cambio”. Asistí en busca de soluciones y volví con muchas, pero con muchas más preguntas que antes también. Supimos que el mundo está en una situación muchísimo más compleja que la que pensaba, y que tenemos que encontrar soluciones a problemas trascendentales como agua y energía. En ese momento, lo que se me cruzaba por la cabeza era “¿Qué puedo hacer yo al respecto?”** Lo primero que hice fue ser portavoz**. Comunicar esta realidad a la mayor cantidad de jóvenes posibles, incluyendo a todos los miembros de JCI Rosario. Pero quería hacer algo que impacte a muchos más jóvenes y que muestre lo que el SABF me mostró a mi. Este año surgió la oportunidad para hacerlo: dirigí, en el marco de la Conferencia JCI de las Américas 2010, el “Foro EXITOSA|MENTE – Jóvenes Protagonistas del Cambio” donde intenté volcar todo lo aprendido en el SABF para casi 500 asistentes de todo el continente americano. También quiero mencionar las personas que conocí en el SABF y una iniciativa que armamos con algunos amigos sabfers, REAC – Red de Emprendedores y Agentes de Cambio. Por último, debo agradecerle al SABF mi participación en el SELA Summit en abril de este año. Fue por un sabfer que me enteré del evento y decidí aplicar, lo que muestra lo fuerte que es la red que se genera entre sabfers y las oportunidades que se presentan. No fue casualidad que en un evento para 25 personas haya 4 sabfers. Sin lugar a dudas el SABF impactó positiva y exponencialmente en mi vida. Atribuyo el premio de JCI en parte también, dado que me brindó montones de experiencias y aprendizajes que pude capitalizar con el paso de los años y aplicar en JCI.
¿Qué querés decirle a todos aquellos que estén leyendo esta entrevista?
“Empiecen haciendo lo necesario, después lo que es posible, y de repente estarán haciendo lo imposible”. Es una frase de San Francisco de Asís que me acompaña hace años. En 2010 logré muchos imposibles: viajar a Estados Unidos, el premio de JCI… Esta frase aplica también a los grandes cambios que como miembro de JCI y sabfer quiero ver en el mundo. Hay 200.000 miembros de JCI y más de 600 sabfers que quieren lograr esto. Empecemos, cada uno desde su lugar, a “ser el cambio que queremos ver en el mundo”como dice Gandhi. Sumemos, desde lo personal, a la generación de sinergia colectiva para “hacer que las cosas sucedan”. Los imposibles sólo tardan un poco más…**
Desde el blog del SABF agradecemos a Guido por compartir con nosotros su experiencia, e incentivamos a todos a tomarlo como ejemplo, y participar como agentes de cambio.