La plenaria estuvo a cargo de** José Luis Cordeiro**. Cordeiro trabajó en la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo y más tarde en Center for Strategic and International Studies, en Washington. Actualmente es el Director del Nodo Venezolano del Millennium Project, Investigador Invitado del Institute of Developing Economies en Tokio, Japón y Profesor y Asesor en Energía en Singularity University en NASA Ames, Silicon Valley, EEUU. Además se desempeña como consultor independiente, escritor e investigador.
José Luis comenzó mencionando el objetivo principal de su ponencia: mirar al mundo de una forma diferente, mientras daba algunos ejemplos sobre su vida en Tokio y Corea del Sur. En su discurso, desarrolló algunos de los temas de sus estudios en materia de futuro, tecnología y evolución.
Uno de sus ejemplos fue referido al crecimiento económico, el cual se está acelerando cada vez más, como en China, donde se duplica el PBI cada 7 años.
Luego, se sumergió en la tecnología y su relación con la biología. De esta forma, mencionó que entre 2029 y 2045 se espera alcanzar el llamado “technological singularity”, que refiere a que la inteligencia artificial alcanzará a la inteligencia humana. En relación a estos temas, comentó una experiencia que vivió hace 5 años, en la cual secuenció su genoma humano, lo que le permitió ver, desde las posibles enfermedades que iba a padecer hasta los orígenes de sus ancestros. Junto a esto planteó que en unos años una persona va a poder tener acceso a un chip de gen para conseguir una medicina personalizada en base a sus afecciones, que no va a ser ya curativa, sino preventiva. Pero no solo eso, sino que además de mirar el pasado se va a poder mirar el futuro, “diseñando” a nuestros hijos seleccionando los genes que queremos que tengan.
Nuevamente, José Luis enfatizó en la velocidad de crecimiento de la tecnología, ya que secuenciar un genoma en 2003 costaba 1,000,000,000 de dólares y tardaba 13 años en hacerse, mientras que se espera que para el 2020, cueste 10 dólares y tarde sólo unas horas.
Con el ingenioso caso entre Disney y PDVSA, la empresa petrolera venezolana y la más grande de Sudamérica, explicó que en el futuro el negocio de las empresas estará en el “mind factory”, los recursos humanos serán mucho más importantes que los recursos naturales o financieros. Por ejemplo, en los próximos años ya no se necesitarán vacas para producir carne, sino que está se obtendrá de forma artificial.
Por otro lado, desafió a la audiencia al decir:** “Hace 30 años, la tecnología era notebooks; 20 años, celulares; 10 años, Google. ¿Qué va a pasar los próximos años?”** y siguió explicando que actualmente se hacen pruebas en ratones para que vivan tres veces más que su vida normal y esto en algún momento puede extrapolarse a la vida humana.
Puntualizó en lo que llamó, tecnología del futuro, por sus siglas en inglés, NBIC: Nano, Bio, Info, Cogno.
Las computadoras son un millón de veces más rápidas que nuestro cerebro, explicó Cordeiro, pero nos diferencia que nosotros tenemos más neuronas, aunque esto también va a cambiar.
En un futuro, vamos a estar conectado los cerebros con las máquinas y nos vamos a estar comunicando cerebro-computadora y cerebro-cerebro. Éste planteo trajo aparejado el de los robots. En algunas partes del mundo la tecnología en este aspecto ha alcanzado tanto que hasta se plantea que los robots posean sentimientos; y aún más, en Corea del Sur se está discutiendo una ley para darle derechos humanos a los mismos.
Ya finalizando, dijo que la evolución no va a parar, sino que la evolución va a continuar. Habló de un concepto interesante “Thranshumanism”: trascendiendo los límites humanos. “Somos un 1% diferente en nuestro genoma de los monos, ¿se imaginan 10% o 20% de diferencia?
Según Cordeiro, en los próximos 30 años vamos a presenciar la “muerte de la muerte”, y además sostiene que estamos en las puertas del cielo o el infierno, y tenemos que decidir para dónde ir.