La pobreza mundial y la degradación ambiental son los factores que se interponen entre nuestros éxitos y fracasos en el mundo. De acuerdo con Anup Shah, el 80% de las personas vive con menos de 10 dólares diarios, y el África sub-Sahariana es claro ejemplo de pobreza y subdesarrollo. En segundo lugar, se encuentra el Sudeste de Asia donde hay altas tasas de mortalidad infantil y 22.000 niños mueren debido a la pobreza diariamente Hay 72 millones de niños que deberían estar en la escuela primaria en los países en desarrollo y no lo están.
Todos estos datos nos transmiten un mensaje muy desalentador: aún cuando el mundo transita tiempos y momentos de increíble crecimiento económico, los países en desarrollo siguen retrasándose y, de esta manera, una gran parte de lo que debemos hacer para enfrentar el crecimiento exponencial es desafiar las realidades del analfabetismo, pobreza, salud y enfermedades, en lugar de aumentar la participación de los países en desarrollo en el mundo y la humanidad.
Como seres humanos estamos ligados por los valores de Ubuntu (una Filosofía Africana): la empatía, bondad, colectividad y amor por la humanidad tienen un rol integral al desafiar los tiempos exponenciales en el desarrollo. Muchas veces, el proceso de globalización contribuye a la fuga de cerebros de los países en desarrollo y pérdida de mano de obra calificada en sus respectivas comunidades y países de origen. A su vez, se convierte en una fuente de intelecto para países europeos y otros países desarrollados, dejando a países de África, del Sur de Asia y de América Latina áridos en términos de capacidad intelectual, herramienta indispensable para administrar exitosamente los recursos (salud, agricultura, minería, suelo), mejorando las vidas de ciudadanos y la humanidad.
En conclusión, yo considero que para alcanzar el desarrollo, debemos asegurarnos adecuadamente que los frutos del desarrollo y del cambio estén distribuidos equitativamente y que lo que hagamos contribuya a hacer del mundo un lugar mejor para todos. Por ejemplo, los 20000 estudiantes graduados que dejan África todos los años (producto del poder de la persuasión, globalización y la búsqueda de una “mejor” vida) deben ser alentados a quedarse en casa y usar sus habilidades para construir una mejor sociedad. Uno de los desafíos radica en **cómo alentamos la mano de obra calificada para que usemos el nuevo conocimiento para mejorar la humanidad antes que utilizarlo en pos de intereses individuales. **
Wandile Mamba