Hace algunos días, tuvimos la oportunidad de escuchar e interactuar junto a [Mariano Sigman](../2011/05/20/el-sabf-te-invita-a-debatir-con-mariano-sigman/), acerca de la neurociencia, ciencias cognitivas y desarrollos tecnológicos.

Iniciamos la charla con una de las fronteras que rompió la ciencia. Según Sigman, nuestros pensamientos son nuestro territorio privado porque nadie puede saber qué estamos pensando. Sin embargo, este principio está por cambiar.

Nos brindó ejemplos con ilusiones ópticas donde lo que veíamos no era lo que se proyectaba realmente en la pantalla, e incluso iba cambiando. Esto se debe a que nuestro sistema sensorial no transmite la realidad, si no que transmite a nuestro cerebro cómo cambia la realidad. Aunque el mundo exterior no se modifique, cambia el pensamiento subjetivo de cada uno de nosotros. Asimismo, sólo una pequeña parte del mundo que vemos entra a la conciencia, si se hace alguna pequeña modificación de lo que vemos, difícilmente lo notemos. Los estímulos que entran a nuestro cerebro inconscientemente dejan una traza en nuestra mente que se puede ver en experimentos cerebrales.

Si a una persona se le muestra un estímulo, no podemos saber si lo vio o no, justamente por lo que se mencionaba antes de que el cerebro es un mundo privado de cada uno. Sin embargo, hoy los avances tecnológicos relacionados con la neurociencia nos están permitiendo analizar el cerebro y poder saber si el estímulo llegó al cerebro de la persona, y si llegó de manera consciente o inconsciente. El desafío, informó Mariano, es saber si podríamos llegar a decodificar los pensamientos de una persona, deduciendo qué piensa a partir de cómo reacciona su cerebro. Se plantea el posible desarrollo de un código para separar decenas de miles de estados mentales, saber qué verbos o qué sustantivos están atravesando la mente humana en determinado momento.

Continuamos la charla sorprendiéndonos con “revoluciones” que nos plantean los avances tecnológicos y científicos. A modo de ejemplo: comunicarnos con gente que no puede hacerlo ya que no puede activar sus músculos, saber qué sueñan las personas, saber si la anestecia está funcionando correctamente en las operaciones.

También introdujo el concepto de hipnosis: un estado alterado de conciencia con la que se realizan numerosos experimentos para entender cómo funciona la mente y si existe alguna manera de manipularla. Aprendimos del cómputo humano: somos seres inferenciales, es decir que solamente con ver algo unos pocos segundos, ya tenemos una idea casi completamente formada del objeto. Nos preguntamos: ¿cómo programaríamos una máquina que haga esto? La maravilla de nuestro pensamiento es que podemos hacer muchísimas cosas sin siquiera saber cómo sabemos hacerlas.

Agradecemos la visita del Sr. Mariano Sigman así como también la de los presentes y esperamos todos hayan disfrutado de la charla tanto como nosotros.