SABF Games
100 participantes, 10 equipos. Cada uno de ellos fue liderado por un miembro del equipo organizador, pero solo uno hacia la victoria. Los SABF Games pusieron a prueba las habilidades de los participantes a través de diferentes juegos que buscaban poner en práctica algunas de las ideas propuestas en los dos días previos de discusión. Con una mañana trabajando en equipo y divirtiéndonos, recibimos al último día del SABF.
Sam Potolicchio
¨¿Qué podemos hacer para que la gente quiera apoyar nuestras convicciones?¨Desde el comienzo, Sam Potolicchio y su aparentemente casual elección de palabras nos hacen replantearnos por qué buscamos liderar. Sin embargo, sigue; ¨una gran parte del liderazgo efectivo es ser capaz de ver el mundo¨. Un líder no solo debe parecer abierto a ideas que vienen ¨desde fuera de nuestro cerebro¨ sino también debe intentar incorporar diferentes perspectivas y enfoques.
El problema es que nos gusta quedarnos dentro de lo que mejor conocemos. Tenemos un ¨pequeño reino en nuestras cabezas¨ que nos dice que nosotros sabemos, y puede ser difìcil ¨salir de nuestra burbuja de pensamiento¨. Para remediar esto, debemos ser conscientes de las ¨debilidades de nuestra estructura cognitiva¨, por lo que Sam busca hacernos sentir ¨cognitivamente tontos¨; objetivo que logra más veces de las que estamos dispuestos a admitir.
Definiendo nuestra desconfianza por el exterior y a nuestra ¨cognición perezosa¨ como elementos esenciales de nuestro ¨cerebro tribal¨, Sam los juzgó como una ¨combinación tóxica¨ y ejemplificó el Halo Effect (efecto halo). Cómo influencia lo que vemos primero nuestra interpretación de lo que sigue, trayendo a un nivel cognitivo el sesgo de confirmación. ¿Qué tan conscientes somos de lo que vemos primero? ¿Cómo podemos entender mejor nuestros prejuicios y a la ¨perezosa¨ tendencia de nuestros cerebros a segregar y clasificar? ¿Cómo es limitada nuestra percepción por los círculos en los cuales nos movemos y nuestras relaciones?
Sam nos aconseja salir de piloto automático, y entrenarnos para estar fuera de nosotros mismos. ¿Cómo? De la misma manera que entrenamos para todo: Metódicamente. Hay que intentar pasar tiempo ¨sintiéndonos completamente fuera de balance¨, nos sugiere Sam; preguntarse, ¨¿dónde puedo ir para sentirme incómodo?¨ porque** ¨si estás cómodo, no estás creciendo […]¨**.
P.D. “Tengan suerte.”
Rob Britton
“Volví¨, dice Rob acomodando su saco, y así debe ser. Su voz de entusiasmo contagioso ha sido, desde el comienzo, un componente fundamental de la experiencia SABF; de “bailar con nuestras ideas”. Es una experiencia que es posible gracias a los esfuerzos de todo un año por parte de un equipo organizador al cual agradece; “no existe tal cosa como demasiada gratitud, así que gracias¨, dice, y nos recuerda que “este tipo de cosas no se repaga, sino que se da hacia adelante”.
Recordando algunos de los temas recurrentes de esta edición, menciona algunas de las principales ideas propuestas por los disertantes. ¨Somos extremadamente parecidos y extremadamente diferentes¨, cita, y ¨debemos enfrentarnos a las realidades falsas¨. Los prejuicios, agrega, solo pueden ser un impedimento.
Sin embargo, lo que Rob quiere resaltar no son las sesiones formales. ¨En cada actividad, cada día, el número de manos levantadas excedía el tiempo disponible¨, dice, y tanto los diálogos 1 a 1 como las discusiones grupales fueron especialmente invaluables. Son un ejemplo de diálogo entre personas de distintas partes del mundo y muestran un futuro en el cual ¨poco a poco, trabajaremos juntos¨. Teniendo eso en cuenta, Rob quiere escuchar a los participantes. ¨¿Cuáles son sus objetivos en la vida? ¿Qué van a hacer diferente? ¿Cómo van a mantenerse en contacto?¨. Llevando su mano a la frente, divisa el público; ¨muy bien, ¿quién va primero?¨
Los participantes están más que felices de contestar, aprovechando la oportunidad de revivir la conferencia y compartir sus sentimientos. Con la poca voz que les queda, le agradecen al equipo organizador y admiran a sus compañeros participantes; hablan de un hogar a muchos kilómetros de casa y sobre una aceptación genuina. A medida que las emociones se ponen a flor de piel, Rob nos recuerda ¨nunca disculparse por lágrimas¨.
Finaliza la sesión con algunos ¨pequeños consejos¨, siempre con la manera humilde que lo caracteriza. Nos propone leer más, particularmente ficción. A la hora de elegir nuestro camino, nos tranquiliza diciéndonos que ¨está bien no saber inmediatamente¨ y ¨tomarnos un momento¨, aconsejando que no nos estresemos demasiado al respecto. Como un ¨hombre de aerolínea¨, nos deja un último consejo: ¨no den por sentado sus alas¨.