Amanecí con la noticia de que Uruguay era líder de la región en cuanto a gobierno electrónico[1]. Como uruguayo que soy, fue algo que me llamó la atención, y eso me sirvió como disparador para analizar la importancia de tal tipo de gobierno.

La globalización ha hecho que se vuelva necesario modificar la forma en la que trabaja un Estado y atiende a sus ciudadanos. El uso de tecnologías se ha vuelto fundamental para que los gobiernos mejoren su gestión y servicios a través del e-government. Pero, ¿qué es el gobierno electrónico? La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno definió a el gobierno electrónico como “el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en los órganos de la Administración Pública para mejorar la información y los servicios ofrecidos a los ciudadanos, orientar la eficacia y eficiencia de la gestión pública e incrementar sustantivamente la transparencia del sector público y la participación de los ciudadanos”[2].

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Al estudiar los resultados del reporte mundial sobre e-gobierno que realizó las Naciones Unidas, Uruguay ha hecho un muy buen trabajo para adaptar sus servicios y el uso de información a las nuevas tecnologías. Pero aún así, en la región vemos a las oficinas públicas como monstruos burocráticos donde uno tiene que pasar toda la tarde para hacer un mero trámite. Sí, es cierto, que algún trámite se puede hacer por Internet o desde el sillón de nuestras casas, pero la forma en la que los ciudadanos ven a las oficinas públicas no ha variado. Y eso me llevó a pensar el dolor de cabeza que se deben agarrar los ciudadanos de Ecuador, que se encuentran últimos en Sudamérica en cuanto a gobierno electrónico.[3]

Nuestra mala imagen sobre las oficinas públicas tienen una razón bien simple: esas oficinas siguen siendo manejadas por gentee-government que no nació en la generación del Internet. Y aquí es cuando planteo una imagen para explicarlo: Las oficinas públicas son distintos tomos de la mítica Enciclopedia* Birtannica –* de infinitos volúmenes – , cada uno de los cuales tiene información sólo de su tomo en particular. Lo que hizo el gobierno electrónico fue digitalizar esos tomos para que tengamos acceso a ellos en Internet. Pero los ciudadanos precisan algo distinto. Nuestra generación dejó de lado la Britannica y paso a Wikipedia. Es la fuente más práctica que tenemos, y ahí encontramos todo: desde información precisa (pero nunca citable) sobre la II Guerra Mundial, hasta la receta de cómo hacer Dulce de Leche. Y si algo en Wikipedia no está bien, vamos y lo cambiamos.

Los funcionarios públicos – en su mayoría – son personas que antes hacían su trabajo en grandes registros y cuadernos. El gobierno electrónico lo que ha hecho fue digitalizar esos registros, y claro que eso ha ayudado a mejorar el funcionamiento de las oficinas, pero eso no es suficiente. Los desafíos a los que se enfrenta el gobierno electrónico es poder unificar todos los trámites habidos y por haber en un mismo portal (tal como hizo Wikipedia con la información que antes aparecía en decenas de tomos de la Britannica) para facilitar los trámites y la búsqueda de información. Pero no termina solo ahí, porque nuestra generación está acostumbrada a modificar las cosas cuando “Wikipedia está mal”.

El gobierno electrónico tiene la necesidad de empoderar a los ciudadanos. Actualmente, el uso de las nuevas tecnologías son usadas por parte del gobierno para mejorar su transparencia y gestión. Es necesario ir más allá. Los ciudadanos debemos tener las herramientas tecnológicas para también mejorar la gestión y transparencia de nuestro gobierno.

El ejemplo más cercano que tengo en Uruguay es el Partido de la Red en Argentina. A través de la plataforma “Democracia OS”, debaten los actuales proyectos de ley, para ver la opinión entre sus usuarios. Pero no queda solo en eso. El día que lleguen a la legislatura de Buenos Aires, su representante va a votar los proyectos en relación a lo que se vote en la plataforma.

A esa dirección es que se tiene que dirigir el gobierno electrónico, en mi opinión. En una primera instancia, la manera en que actualmente conocemos al e-gobierno en la región ha ayudado a solucionar algunos problemas de las oficinas públicas y descongestionarlas (solo un poco). Ahora, el desafío que tiene todo gobierno es que se pueda entrar a las oficinas públicas desde el sillón de la casa de cada ciudadano y que los ciudadanos se empoderen para mejorar la gestión de esas oficinas. Sólo de esa forma se podrá cambiar la imagen que tenemos actualmente de estos antros públicos.

La pregunta final que me hago es: si pudieron los bancos europeos a través del* e-banking*, ¿Por qué no imaginarse a los gobiernos haciéndolo?

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[1] http://www.espectador.com/tecnologia/294754/uruguay-lider-de-la-region-en-gobierno-electronico

[2] ¿Qué es el Gobierno Electrónico (e-Gov)? (Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información – Montevideo, Uruguay) 10/02/2010http://www.agesic.gub.uy/innovaportal/v/163/1/agesic/gobierno_electronico_.html

[3] http://unpan3.un.org/egovkb/Portals/egovkb/Documents/un/2014-Survey/E-Gov_Complete_Survey-2014.pdf