“Los 40 más brillantes”, “Los 40 mejores de Latinoamérica”, “El talento personificado en 40 jóvenes”… me causaba gracia que estos fueran los saludos de buenos días que recibíamos durante dos meses en el Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública que imparte la Fundación Botín de España. Sabía que el formar parte de la segunda edición era un logro importante, pues competí contra más de mil estudiantes de todo Latinoamérica con fuerte vocación al servicio público. Pero la verdad es que nunca me sentí así como me etiquetaban.
Y es que desde mi adolescencia siempre estuve inserta en el mundo de la acción social, ya fuere asistiendo a Misiones Católicas, compartiendo desayunos y comida con gente que habitaba en las calles, dando clases en distintas materias a niños de colegios con riesgo social. Ya más grande, formé parte de proyectos sociales y fundaciones como Directora de Comunicaciones, pues al ser periodista y comunicadora social, me apasionaba desde mi área poder informarle a la gente nuestras actividades y planes, entre otras funciones.
Pero todo cambió cuando recibí el email en junio del 2011 que me informaba que había sido seleccionada para ser parte del programa de la Fundación Botin. Yo sabía que esta oportunidad era única y que habría un antes y un después en mi vida luego de asistir. Pero para ser sincera, jamás pensé que influiría tanto en formar y guiar lo que es mi vida hoy en día.
Este programa de dos meses reúne a 40 jóvenes universitarios de Latinoamérica con buen expediente académico, experiencia y participación en asociaciones sociales y políticas. No sólo los lleva a Estados Unidos, España y Bélgica – a importantes instituciones internacionales, donde los capacitan y potencian su talento, convirtiéndolo en riqueza social, cultural y económica para la región – sino que les da una experiencia de vida única. Comparten cada segundo de los 60 días con 39 almas, convirtiéndose más que en meros amigos, sino que en verdaderos hermanos.
Trabajar en equipo en las noches de las montañas del Valle del Nansa al norte de España, hacer actividades grupales y de liderazgo mientras se recorre el Camino de Santiago de Compostela, visitar el Parlamento Europeo y la sede de la OTAN, asistir a clases de política en la prestigiosa Universidad de Brown, tener coaching personal y grupal, contar con exponencias de ex presidentes de la región y grandes personalidades del mundo político son sólo algunos de los beneficios que el programa brinda. Todo siempre está enfocado a generar fuertes lazos entre los becarios con la acción social, motivando a que los mejores se interesen firmemente en, finalizados sus estudios universitarios, dedicarse a lo público. Otro de los objetivos es impulsar el desarrollo de la región por medio de la creación de esta potente red de servidores públicos con alta capacitación y verdadero compromiso con el interés general.
Sé de varios becarios que sí decidieron seguir adelante por el camino del servicio público, poniendo todos sus talentos y habilidades para fortalecer las instituciones de sus respectivos países. Por mi parte, estoy eternamente agradecida con todo lo que el programa me entregó. Me dio orden y dirección en mi vida, aprovechando al máximo mis fortalezas y haciéndome ver mis debilidades tanto personales como profesionales.
Me atrevo a decir que “el resto de mi vida” comenzó cuando me subí al avión que me llevó a España en octubre del 2011, donde conocí, viví y experimenté momentos que parecían sueños, abriendo mi mente al mundo, conociendo otras realidades y culturas, visitando y palpando con mis propias manos la diferencias de Latino e Iberoamérica. Sin duda alguna modificó mis objetivos en la vida, impulsando a apasionarme por el emprendimiento y la tecnología, entregándome los networks iniciales para postular y ser seleccionada a toda una seguidilla de aventuras, conferencias y programas internacionales en los años venideros. Es así como hoy me encuentro viviendo y trabajando en otro país en lo que más me gusta. Sé que le debo a la Beca toda la energía y motivación a dar este gran paso en mi vida, pues reestructuró mi forma de ser, ver y vivir.
Se puede decir que el programa ha sido todo un éxito. Este año ya está reclutando a los estudiantes para su quinta edición. El 2013 se postularon 7.600 alumnos, subiendo considerablemente la competencia cada año. Somos ya más de 150 jóvenes beneficiados con la experiencia Botin y, cada vez que puedo, recomiendo a aquellos que tienen vocación al servicio público o interés en potenciar sus habilidades y conocimientos en lo social y/o político, postulen a esta iniciativa. Además de ayudarlos en lo profesional y darles formación académica, les hará tener la experiencia más grandiosa y completa existente, haciéndolos llevarse a casa aprendizajes y momentos inigualables y, lo más importante, amigos y hermanos para toda la vida.