Nosotros, los Homo sapiens, resolvemos problemas todos los días. Una de nuestras mayores herramientas (pero no la mejor) es la intuición. Nuestro método para resolver problemas, el más cotidiano, es el de prueba y error. Basados en este contexto, aprendemos de nuestros errores y cuando obtenemos el resultado a un problema, aprendemos cómo lo hicimos. De esta manera, construimos un “puente” en nuestro cerebro, lo cual nos ayuda en el futuro cuando queramos resolver algún problema similar. El tema es que hay muchas técnicas que podemos aplicar para mejorar nuestra capacidad de resolver problemas en la vida cotidiana, así sea en el estudio, trabajo o cualquier situación; todos los días tenemos que resolver algún problema, por diferente que sea. La clave está en estructurar nuestro análisis, lo cual sirve de marco para luego pensar el problema en mayor profundidad y pensar alternativas. Aquí una palabra de atención: la intuición es un arma de doble filo. Thomas Gilovich no lo pudo decir mejor: “Creemos ciertas cosas porque deben ser ciertas”. A veces, por el simple hecho de creer en que algo debe ser verdad porque así lo creemos (suena obvio, pero es así), no nos deja examinar otras alternativas a la solución de un problema.

Ahora, presento 3 herramientas que pueden servir para mejorar nuestra capacidad de resolver problemas:

  1. Divergencia y convergencia: Con la primera, buscamos explorar y encontrar cosas nuevas. Es un proceso para generar nuevas opciones e ideas. Convergencia es lo contrario, buscamos una respuesta o conclusión. La idea sería aplicar ambos conceptos separados, y en partes diferentes. Lo ideal sería divergir para luego converger.
  2. Replantear el problema: De varias maneras diferentes, es una técnica divergente que abre nuestra mente a las alternativas. Por ejemplo, cambiar el foco del problema, replantearlo en un contexto más amplio o si la pregunta es “¿cómo podemos hacer que los empleados vengan al picnic?”, replantearlo como “¿cómo podemos hacer que los empleados no vengan al picnic?”.
  3. Aplicar el método científico: Fue algo que aprendí de mi mentor Yimi para resolver problemas. Presentamos nuestro problema como una hipótesis, y queremos ver si aplicando una solución determinada, llegamos a que la hipótesis inicial es verdadera.