Para continuar con la temática iniciada el día viernes por el emprendedor Andrés Freire en Historias de éxito I, el ingeniero Damián Frontera contó una historia distinta: la de un empleado que alcanzó a ser director general, y luego, dueño de la empresa en donde trabajó más de 30 años.

El disertante declaró que para generar riqueza, hay que desarrollar el mundo empresarial. Es por eso, que uno debe tener experiencia y dirigir con excelencia buscando la eficacia. La empresa tiene cuatro objetivos fundamentales: ganar dinero , ofrecer un producto, conseguir la auto-continuidad, y desarrollar profesional y personalmente a las personas. La proactividad es una función elemental, como el liderazgo y la innovación.

Damián Frontera remarcó que el líder es el que provoca el cambio, favoreciendo las relaciones interpersonales. El líder participativo ejerce la autoridad de una forma racional, comunica periódicamente y enseña. Es beneficioso para la empresa lograr un sentido del humor respetuoso, un clima de sencillez y apertura, una libertad que enmarque la actuación de cada persona y mantener un ambiente ético en toda la empresa. Para finalizar, Frontera manifestó que hay que conceder en todas las decisiones un sentido de la responsabilidad social corporativa.