El 2015 es un año electoral. Los argentinos sometemos a la votación popular los destinos de nuestro país y con ello el de más de cuarenta millones de personas.

Estas elecciones son expresión de un sistema democrático, de elección de los gobernantes por parte de los gobernados, como ocurre en la mayor parte del mundo occidental y en algunas excepciones fuera de este.

**** ****¿Pero qué es lo que se considera democracia?

**** ****¿El término que le dio origen es igualmente aplicable al sistema que conocemos hoy?

**** ****Podemos comenzar diciendo que en parte no. La democracia griega, o el gobierno del pueblo, no corresponde a nuestra definición actual de gobierno popular. Sólo por mencionar, en la antigua Hélade no todos los habitantes eran considerados ciudadanos (con derechos políticos) y una mayoría de la población era esclava. Por otra parte, aquellos que gozaban de derechos políticos debían asumirlos como un deber en el ágora o la arena política.



Hoy en día y siguiendo la teoría del politólogo americano** Robert Dahl** debemos decir que lo que llamamos democracia representa un sistema político abierto, inclusivo y competitivo. Este sistema se basa en la participación ciudadana y en el control de los ciudadanos sobre el gobierno.

Pero más allá de los dogmas y sin buscar herir susceptibilidades buscaremos analizar si el sistema actual argentino corresponde al de una democracia moderna completamente o en parte.

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**¿Qué tan democrática es la Argentina hoy? **

  • Elecciones libres, periódicas y competitivas.

Vivimos en un país en el cual a nivel nacional no puede dudarse desde el retorno democrático de la existencia de un sistema donde los funcionarios son elegidos mediante el voto en elecciones limpias que se llevan a cabo con regularidad, en las cuales rara vez se emplea la coacción y donde pueden competir líderes alternativos al gobierno.  Es otra la historia a nivel provincial en donde no se ve afectada la periodicidad pero sí y no de forma total la competitividad.

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  • Voto inclusivo.

Prácticamente todos los adultos y aquellos que tienen más de 16 años pueden participar periódicamente de las elecciones. No existen privilegios ni voto calificado. Tampoco la exclusión de determinados grupos o sectores.

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  • Derecho a ocupar cargos públicos.

En teoría todo ciudadano argentino tiene libre acceso para presentarse en elecciones como candidato bajo el marco de un partido político. En la práctica no es tan fácil que un “outsider” de la política tradicional ingrese en el mundo de la política pero el acceso no se encuentra restringido por algún requisito anticompetitivo.

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  • Libertad de expresión

Quizás una de las características más controversiales de la Argentina actual.

Los ciudadanos tienen derecho a expresarse, sin sufrir peligros de recibir castigos severos, en cuestiones políticas definidas con amplitud, incluida la crítica a los funcionarios públicos, al gobierno, al régimen, al sistema socioeconómico, a la ideología prevaleciente, entre otras.

No hay duda que en la Argentina de hoy en día se vive bajo una libertad de expresión plena. Esto sin embargo no quita ciertos ataques por parte del oficialismo hacia determinados medios o periodistas, generando un clima adverso pero sin una afectación del principio democrático.

Debemos tener en cuenta que todo medio de comunicación responde a ciertos intereses que pueden chocar o no con el gobierno de turno. Lo grave  sería que por ello el medio sea silenciado. En la Argentina más allá del clima adverso y de cierta crítica no se evidencia una violación a este principio. En el caso de alguna violación por parte de los medios corresponde a la justicia y no al gobierno su justiciabilidad.

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  • ****Variedad de fuentes de información ****

Los ciudadanos tienen derecho a procurarse diversas fuentes de información, que no sólo existen, sino que están protegidas por la ley.

Si bien es cierto que la nueva ley de medios potencia la variedad de diversas fuentes de información no hace diferencia en tanto a la proximidad de sus dueños al gobierno de turno o no. Igualmente debemos decir que en la Argentina actual la variedad de fuentes de información es amplia.

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  • ****Autonomía asociativa ****

Los ciudadanos, para procurar la defensa de sus derechos e intereses, pueden constituir asociaciones u organizaciones relativamente independientes, entre ellas partidos políticos y grupos de intereses.

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Por lo mencionado podemos decir que en la Argentina actual vivimos en un sistema plenamente democrático. Esto no quita que ciertas características como la libertad de expresión se encuentren más proclives a ser vulneradas que otras. Pero nadie puede dudar que desde el punto de vista formal somos como país un sistema democrático pleno.

Quizás y yendo más allá del contenido formal de una democracia nos debemos preguntar acerca de los logros que hemos obtenido como sociedad y de lo mucho que falta.

No hay duda que para vivir en una democracia plena y vigorosa debemos sanear la deuda social. Aquella que deja fuera del sistema a millones de argentinos y que nos vuelve vulnerables en cuanto a la calidad democrática y su futuro.

Somos nosotros como ciudadanos los encargados de hacer más fuerte la democracia y lograr que todos participen y gocen de sus beneficios.

Celebremos la democracia, pero sepamos que con eso no basta. El desafío es la inclusión.