Vivimos tiempos inestables, cambiantes donde todo parece ser desechable, descartable, instantáneo. Vivimos rápidamente evitando las obligaciones de lo permanente. Esto, que podemos traducir en todas las esferas de la vida, se muestra en forma más evidente en nuestros consumos diarios que conforman nuestro estilo de vida e influyen en el comportamiento ciudadano.

Los productos que adquirimos tienden a ser para consumo inmediato, ya ninguno es para uso prolongado y constantemente aparecen versiones nuevas y mejoradas. Las empresas nos ofrecen cantidades de productos para usar y tirar, generando así graves perjuicios para nuestro medio. Esto ha generado críticas de parte de movimientos e instituciones que defienden el medio ambiente, sobre todo en lo que refiere a la responsabilidad de quienes proveen estos productos, los insumos que utilizan, los procesos con que los llevan a cabo, etc. **Es a partir de ello, que en el seno de las empresas, se ha comenzado a pensar en lo que implica la responsabilidad social empresarial (RSE). Pero ahora bien, ¿Qué significa ser una empresa responsable? **

En los últimos años, no nos resulta ajena la situación en la que al consumir algún producto aparecen una serie de avisos en el envase asegurándonos que el mismo es “biológico”, “ecológico”, “eco-amigo” o hecho con “materiales reciclables”.

Lo anterior es un fenómeno al cual podemos identificar como parte de las nuevas estrategias enmarcadas dentro de la RSE. Esto implica que las empresas que proveen estos productos han emprendido algún tipo de cambio (profundo o más superficial) en su política hacia el medio ambiente.

Según la Organización Internacional del Trabajo, la RSE es el reflejo de la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad y en la que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores.

La RSE es una iniciativa de carácter voluntario y que sólo depende de la empresa, y se refiere a actividades que se considera que rebasan el mero cumplimiento de la legislación.

La RSE es una forma específica de responsabilidad que algunas empresas han escogido para abordar el desafío planteado desde la ecología. Estas organizaciones suelen caracterizarse por un contacto relativamente directo con los clientes y consumidores lo que las hace más “permeables” a las demandas de la sociedad. Así, estas empresas plantean cambios en su modalidad de producción o un aporte de fondos directo para financiar programas amigables con el ambiente.

Puedo señalar dos motivos (que pueden darse en las empresas de manera conjunta o individual) que impulsan el desarrollo de programas de RSE:

  • En primer lugar, la buena voluntad de los empresarios, como individuos concientizados de los problemas ambientales.
  • En segundo lugar, como una estrategia de marketing. Los consumidores informados exigen a las empresas productos “verdes” y la empresa actúa en respuesta a la demanda del mercado actual o futura. En muchas oportunidades, las empresas utilizan esta estrategia como modo de incorporar un valor agregado específico a sus productos que los distancie y diferencie de la competencia. Así, las empresas se preocupan por difundir dichas campañas para lograr una mayor cantidad de ventas. Un ejemplo de lo señalado son las cadenas de supermercados que promueven el uso de bolsas reutilizables con material biodegradable y las venden en sus locales.

Por otro lado, otras empresas optan por obviar la RSE de su ejercicio. Niegan el impacto ambiental de sus actividades y acusan a políticos y ambientalistas de conspirar contra el “libre mercado” promoviendo restricciones y regulaciones que obstaculizan la actividad empresarial. Un ejemplo prototípico de este tipo de empresas son las petroleras que han actuado como un importante lobby en contra de la teoría del cambio climático antropogénico. Sin embargo, estas últimas, dada la naturaleza de su producción, en general son empresas con un alto grado de externalidades negativas. No obstante, en su accionar cotidiano, siguen la política de continuar con sus actividades ya que consideran que, a pesar de dejar de realizarlas, esto no generará impacto positivo real sobre el medio ambiente, ya que siempre habrá otro agente dispuesto a aprovechar la oportunidad económica, generando externalidades negativas.****


Ahora les pregunto: ¿Qué implicancias tiene en el mundo de los negocios, ser una empresa socialmente responsable? Los sistemas humanos y ambientales son sinérgicos, por lo que la acumulación de buenas o malas prácticas ambientales genera efectos que superan la sumatoria de hábitos individualmente considerados. ¿Cómo armonizar las necesidades actuales con los derechos de generaciones futuras?