#NiUnaMenos
Desde su casa a usted, lector, lo invito a reflexionar un momento conmigo. ¿Estuvo viendo las noticias argentinas esta semana? ¿Qué me dice del último mes? Muchas cosas pasaron: el dólar bajó, subió, dio un par de vueltas en el aire; criticaron a algún político por hablar demás o por hablar de menos, en fin…noticias de siempre. ¿Sabe cuál fue otra noticia recurrente? Que hallaron muerta a una chica. Qué feo decirlo con tanta liviandad “mataron a otra chica”, se siente lejano y cerca a la vez, lejos porque no tuve la desgracia de que le pasara a alguien cercano a mí, ni a mi misma y cercano porque eso no descarta que mañana me pase…
Todos vamos a morir, eso es un hecho. No estoy siendo ni fatalista ni tengo un cono de papel aluminio en la cabeza mientras escribo. A los fans de la biotecnología, les admito, sin embargo, que eso podría llegar a cambiar en algún momento. Uno siempre piensa qué va a ser cuando sea grande, piensa en la casa, en el trabajo, en la familia, el amor, mil cosas lindas. Poco a poco ese futuro se va materializando de alguna manera, ya que querramos o no vamos creciendo. Si alguno de los que lee esto no piensa en el futuro, traiga a sus afectos a su mente por un momento: ¿Tiene hermanas, primas, madres, amigas, hijas, sobrinas?¿No les desearía a ellas la posibilidad de estar tranquilas yendo por la calle diciendo “Qué lindo día, y mañana será mejor!” ? ¿Qué pasa cuando ese mañana nunca llega?
Jamás diría que el asesinato de una mujer es peor que el de un hombre, o el de un niño, ni el de nadie. Todas las vidas interrumpidas conscientemente por otra persona, son igual de terribles. Sin embargo, retomemos las noticias por un momento. Hoy por hoy la estadística nos cuenta que cada 30hs en Argentina muere una mujer. A todas las mujeres que están leyendo estas líneas, ¿cuántas han evitado grupos grandes de hombres por la calle? ¿Y obras en construcción? ¿Alguna vez les pasó de ir caminando y sentir los ojos de alguien que te siguen mientras seguís caminando? Si mínimo usted, lector en general, no lo vivió, seguro lo escuchó alguna vez o, por qué no, estuvo del lado del agresor y no del agredido.
No soy tan inocente como para venir a decir después de tantos párrafos “matar está mal”…porque realmente no tendría mucho sentido…creo. Simplemente decidí sentarme a meditar un poco sobre lo difícil que está siendo ser mujer. Como si no fuera suficiente todo lo que tenemos en la cabeza generalmente, ahora una viene a tener que preocuparse de que no la violen en el taxi, no la secuestren con alguna droga en el colectivo o subte, que la camioneta esta blanca que pasa por la esquina siga de largo y que por favor este tipo que me gritó se quede en su lugar y no me siga ni se me acerqué. ¿Alguna se memorizó Búsqueda Implacable por las dudas?
Abordado este tema, ¿alguna sentiría que vale la pena ir a justicia? ¿Alguno cree realmente en la justicia en este país? Se le reduce la pena a los criminales como si fuera todo re liviano. ¿Por qué no se mira a la cara a los padres de una chica que fue asesinada, violada, tirada como si fuera solo carne, deshumanizada al extremo y les dicen: “Esta persona que está acá que te sacó a tu hija, en unos meses se va a comer un asado tranqui con los muchachos. A llorar a la Iglesia.” Que alguien tenga el espíritu para mirar a su mejor amiga y le diga “Y bueno che, buscate a otra. ¿O me decís que no se reemplaza?”
A nivel personal, todos ustedes del otro lado de la pantalla piensen un momento si alguna vez ha agredido a alguna mujer de alguna manera como las descritas antes. Si encuentran algún ejemplo que encaja, los invito a hacer dos cambios de roles: el primero, asumiendo que la víctima es uno, y el segundo, el contexto en el que la víctima es alguien querido. Ahora cambia todo, ¿no? Bueno, recuerde por favor que no solo siempre la víctima es el ser querido de alguien sino que la víctima siempre es una persona.
Los invito a todos ustedes a reflexionar sobre qué anda fallando: ¿la sociedad, la justicia, ambas? De manera muy cínica me senté como mujer a escribir de manera muy indignada, a decir muy inocente y honestamente que quiero salir a la calle y que al llegar a la esquina tenga que mirar a los costados únicamente para ver si vienen autos, nada más.
Estoy harta de que se deshumanice a la mujer por ser mujer. No sé el resto, pero para mí, es lo más lindo que hay.