Personal branding en el juego de la colaboración
En nuestro diario vivir nos encontramos con que todo producto o servicio en el comercio posee una marca detrás que la caracteriza y distingue de los otros, además de estar enfocado para cierto segmento de la población.
Piensen en un producto, el primero que se les venga a la mente e instantáneamente podrán identificar: logo, características, a qué público va dirigido o quiénes son sus potenciales clientes, valor agregado, entre otros aspectos. Podrán darse cuenta que cada marca es la identidad misma del producto.
También es posible llevar lo anterior al ámbito del capital humano. El marketing lo ha conceptualizado como “personal branding” o “marca personal”, el cual actúa bastante parecido a las marcas comerciales, ya que permite el desarrollo personal mediante la proyección y promoción hacia los demás. De esta forma identificamos las características que nos hacen sobresalir y distinguirnos con respecto a otros.
Actualmente nos encontramos en una sociedad impulsada y movida por el networking, el cual ha sido capaz de contribuir a la creación de sinergia y una acción colectiva entre los diversos actores sociales, considerando la entrega de cada uno de estos.
Ahora bien, un camino factible para poder insertarse en el juego de la colaboración sería comenzar a plantearnos y reflexionar realmente cuál es nuestro verdadero rol o propósito, es decir, qué valor agregado estaríamos entregando a los demás, siendo capaces de diferenciar entre familia, trabajo, universidad, voluntariado, etc. Retomando el tema de la marca personal lo propongo como trabajo inicial, de esta forma se tendría claridad sobre nuestras características, lo que deseamos desarrollar, lo que podemos contribuir a los demás, cómo los demás me pueden ayudar, entre otros.
El mundo atraviesa un movimiento acelerado de colaboración y depende de cada uno saber de qué forma ingresar y el hacia dónde ir, es decir, cómo conjugar nuestros valores, nuestra visión de mundo y nuestra misión para encajarla, desarrollarnos y contribuir al desarrollo de otros. Si lo trasladamos a palabras mayores, podría decir: ¿cómo impacta cada uno de nosotros en la sociedad? O como bien resumiría una frase que una vez escuché: “Lo importante no es lo que sabes, sino lo que haces con lo que sabes”.
Pero a partir de lo anterior, la interrogante que surge instantáneamente es: ¿Cómo marcar realmente la diferencia en un mundo donde las modas deciden los patrones?
A partir de dos experiencias que he tenido en diferentes circunstancias, me permito proponer algunas maneras de cómo ir generando un análisis para el desarrollo de nuestra marca personal.
Matriz FODA: en el 2011 tuve la oportunidad de ser directora de Gestión del Talento en el comité Viña del Mar de una organización universitaria a nivel global llamada AIESEC. En la etapa de bienvenida de los nuevos universitarios a la organización, se realizaban actividades de integración, tales como padrinazgo y capacitación, entre otras; pero una sorprendente para mí fue el FODA personal (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas). Con esta simple matriz de análisis organizacional, es posible reflexionar y autoconocernos respecto de nuestras capacidades, además de saber de qué forma lo externo nos influye (positiva o negativamente) respecto a nuestros propósitos y cómo queremos trabajar con nuestra marca personal.
Modelo de negocios CANVAS: Durante el 2013 tuve la oportunidad de participar en un taller de emprendimiento e innovación dictado por la incubadora de negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde estudio. Recuerdo haber puesto mucha atención y hasta haberme sorprendido cuando el profesor mencionó que él tenía su Canvas personal. El Canvas es un modelo de negocios que últimamente es uno de los más elegidos a la hora de emprender, ya que permite sustentar el negocio a medida que se va clasificando con facilidad quiénes serán los stakeholders (o partes interesadas), cuál es la propuesta de valor que se entrega, cuál es la entrega que se recibe, con qué recursos cuentas, entre otros.
Suena impresionante y fascinante como, en este caso, una herramienta de análisis y un modelo de negocios poseen la flexibilidad para ser utilizados no sólo en ámbitos de negocios u organizacionales, sino también de desarrollo personal. Junto con lo anterior, los invito a que ustedes mismos sean capaces de ir jugando con las diversas estructuras, herramientas o modelos que conozcan para así ir desarrollando su personal branding y también para responderse de qué forma se encuentran interactuando con el mundo que los rodea.