La crisis financiera de 2008 se ha trasladado durante el año 2011 a la economía real. Severos ajustes pretenden ser aplicados en Grecia, España e Italia para colocar a estos países nuevamente en la senda del crecimiento económico. Los mayores desacuerdos entre los actores sociales y políticos sobre economía radican en responder a una pregunta clave ¿cuánto debe intervenir el Estado en la economía para asegurar el crecimiento?. Sin embargo, se ha dejado de lado una segunda pregunta, que a mi parecer tiene mayor importancia que la primera: ¿Puede asegurarse un crecimiento económico sustentable? En el caso que así fuera, ¿cuáles son sus características distintivas?

Hay dos posibles respuestas a esta pregunta: quienes dicen que el crecimiento económico se ha desacoplado del mundo real y que en un planeta finito es imposible aplicar recetas de crecimiento ilimitado y quienes aún defienden la viabilidad física, ética y económica del crecimiento económico. Los defensores de esta segunda propuesta recomiendan la redistribución de la riqueza a nivel mundial como una manera de incrementar el bienestar de los individuos, y en algunos casos, el decrecimiento económico.

En el plano internacional, impulsado por Naciones Unidas hay dos concepciones principales complementarias sobre el crecimiento económico y su vinculación con la sostenibilidad ambiental:

  • La primera es la economía verde, que implicaría aprovechar los beneficios económicos resultantes de la inversión en fuentes renovables de energía. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define la economía verde como un sistema económico que es compatible con el ambiente natural y socialmente justo. Este enfoque ha recibido gran atención a partir del 2008, debido a que las inversiones necesarias para “reverdecer” la economía mundial mediante el uso de energías renovables, son intensivas en trabajo.
  • La segunda posición, de carácter más general que la primera, es la del desarrollo humano, que sostiene que el crecimiento económico es únicamente un medio para alcanzar mayores libertades sustantivas y bienestar. Esta posición fue definida inicialmente por el famoso economista y filósofo hindú Amartya Sen y adoptada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Desde esta orientación, se entiende al desarrollo como un aumento de las capacidades de las personas para adoptar libremente la vida que quieran llevar. El desarrollo es considerado desde un enfoque multidimensional, donde el crecimiento económico es una dimensión más entre otras, sin una primacía necesaria. Factores culturales, políticos y ambientales son considerandos en esta consideración amplia de desarrollo. Tanto la perspectiva de la economía verde como la del desarrollo humano, buscan de forma diferente, aunque no necesariamente contradictoria, conciliar crecimiento económico y sustentabilidad ambiental.

Desde la economía ecológica se reconoce que el planeta Tierra es un sistema entrópico, por lo tanto, toda actividad económica reduce la energía disponible en el futuro. Como jóvenes: ¿Cómo podemos compatibilizar nuestro deseo por lograr nuestras aspiraciones con la protección de la sustentabilidad y el derecho de las generaciones futuras por lograr las propias?

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